miércoles, 13 de agosto de 2025

Miércoles del Retail y las vacaciones también enseñan.

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Todo ha cambiado, nada ha cambiado: la evolución de Carulla en 120 años de historia

La historia de Carulla es también la historia del país y que a su vez demuestra que todo ha cambiado, pero nada ha cambiado pues su esencia se mantiene.



La historia de Carulla es también la historia del país. 
Foto: cortesía Carulla

En 1905, cuando Bogotá apenas despuntaba como una ciudad en transformación y el comercio era aún una actividad artesanal y cercana, José Carulla Vidal, un empresario visionario de origen español, decidió fundar una tienda con productos importados de Europa, con el claro propósito de llevar a los bogotanos lo mejor del Viejo Continente. Así nació Carulla, una marca que, con el paso del tiempo, dejaría de ser solo una tienda para convertirse en un ícono nacional, una parte entrañable de la vida cotidiana de millones de colombianos.

Sin embargo, en el marco de su aniversario número 120° en 2025, Carulla ha lanzado una nueva narrativa que sintetiza su historia y su transformación: “120 años Carulla, todo ha cambiado, nada ha cambiado”. Bajo este concepto, la marca invita a los colombianos a reflexionar sobre cómo, a pesar de los avances, las nuevas ciudades, los nuevos formatos, las múltiples ofertas diarias y la expansión en surtido, hay elementos que siguen intactos: el compromiso con la calidad, el servicio cálido y humano y el respeto por la tradición.

Ahora, todo ha cambiado y las promociones están todos los días, los precios son más competitivos, el surtido creció en más de 3.000 referencias y hay productos para todos los gustos y bolsillos. Pero también nada ha cambiado, porque la frescura en frutas, la calidad en carnes, el servicio cálido y experto, la panadería recién horneada y los productos exclusivos siguen siendo los mismos de siempre.



Carulla, una marca centenaria con innovaciones permanentes

La historia de Carulla es también la historia del país y que a su vez demuestra que todo ha cambiado, pero nada ha cambiado pues su esencia se mantiene. En 1907, junto a Francisco Molinos, su socio, José Carulla fundó “El Escudo Catalán”, un almacén que marcó un hito al ofrecer delicatesen y productos exclusivos en una Bogotá aún incipiente. Era un espacio donde la alta sociedad podía acceder a artículos que antes parecían inalcanzables, lo cual convirtió a Carulla en sinónimo de distinción, calidad e innovación desde sus primeros días. La promesa de la marca fue clara desde el inicio: ofrecer siempre lo mejor, sin concesiones.

En 1939, Carulla & Cía. abrió su primera tienda bajo ese nombre en la calle 34 con carrera 13.

Luego, en 1953, Carulla volvió a ser pionera con la apertura del primer supermercado de autoservicio del país en la calle 57, donde los compradores podían recorrer las góndolas y elegir sus productos sin intermediarios. Este nuevo modelo fue tan novedoso que la compañía incluso imprimió manuales de uso para enseñar a los clientes cómo hacer mercado por sí mismos. En ese año, también se introdujo una innovación que cambiaría para siempre la experiencia de compra en Colombia: el carrito de supermercado.

Esta herramienta, hasta entonces desconocida en el país, permitió a los clientes moverse libremente por los pasillos y seleccionar sus productos a su ritmo, marcando el inicio de una nueva era en el comercio minorista nacional.

A lo largo de los años sesenta y setenta, la expansión fue una constante. La empresa llevó su propuesta a nuevas ciudades como Cali y Cartagena, consolidándose como una marca nacional. En 1980, lanzó los primeros almacenes 2×3, ubicados en barrios residenciales como Bella Suiza, que más adelante evolucionarían en lo que hoy conocemos como Carulla Express. Con este nuevo formato, la marca reforzó su promesa de estar cerca de sus clientes, apostando por la proximidad y la conveniencia sin sacrificar la calidad.

Quienes han vivido esta evolución desde adentro destacan el carácter humano de Carulla como uno de sus pilares más sólidos. Marco González ha sido testigo de esta transformación. Ingresó a Carulla en 1980 y, tras 45 años de trayectoria, recuerda con emoción el espíritu humano que ha marcado la empresa. «Tengo guardado mi primer cheque por $6,43. Decidí no cobrarlo, sino guardarlo como un símbolo de mi historia en la compañía», cuenta con una sonrisa. Entre sus recuerdos destaca cómo el entonces presidente de Carulla, Enrique Luque Carulla, recorría los almacenes en Navidad para saludar personalmente a cada empleado. «Yo estaba surtiendo yuca, mis manos llenas de barro. Me dio la mano sin reparo y me deseó felices fiestas. En ese momento entendí que en Carulla el empleado siempre ha sido lo más importante».



Con la llegada del siglo XXI, Carulla enfrentó una nueva etapa de consolidación.
 Foto: cortesía Carulla

Más novedades y crecimiento en el siglo XXI

Con la llegada del siglo XXI, Carulla enfrentó una nueva etapa de consolidación. En el año 2000 se fusionó con Vivero, ampliando su presencia nacional. Más adelante, en 2007, el Grupo Éxito adquirió Carulla-Vivero, integrando su operación sin perder la esencia de la marca. Bajo esta nueva estructura, Carulla continuó afianzando su identidad, apostando por una experiencia de compra basada en la frescura, la calidad y el servicio diferencial. En 2015 celebró la apertura de su tienda número 100 (Isla Natura en Cajicá), y en 2017 lanzó el formato Carulla FreshMarket, pensado para ofrecer una experiencia premium con productos frescos, saludables y diferenciados.

Este enfoque benefició a los consumidores y a los proveedores colombianos. Alberto Henao, fundador de Lok Foods, recuerda que gracias a Carulla pudo escalar su negocio de chocolates, miel y cacao en polvo, pasando de tres a más de once referencias en tienda. Historias como esta demuestran cómo la marca ha sido una aliada estratégica del agro y de los pequeños productores locales, llevando productos del campo colombiano directamente a la mesa de los hogares.

Así, la evolución no se ha detenido. En 2024, la llegada de Grupo Calleja trajo consigo una nueva etapa, con una apuesta decidida por la variedad, el ahorro y la cercanía. Carulla aumentó su surtido en un 40 %, con más de 3.000 nuevas referencias en sus góndolas, ofreciendo así más opciones, más ofertas y más días especiales para que hacer mercado sea no solo más fácil, sino también más económico. La visión es clara: ofrecer la calidad de siempre, pero ahora al alcance de todos.

El aniversario 120° llega con una renovación tangible: 25 tiendas han sido reconvertidas para reforzar su carácter como supermercado de todos los colombianos. Estas remodelaciones contemplan mejoras en secciones clave como carnicería —con mayor espacio, mejor servicio y cortes más diversos—, fruver —con frutas y verduras más frescas—, panadería horneada todos los días, góndolas con productos gourmet, saludables e importados, y soluciones de comidas listas para consumir. Se trata de una evolución en la experiencia de compra que busca combinar lo mejor del pasado con las exigencias del consumidor moderno.

Así lo percibe también María Aurora Vaquero, clienta fiel desde su infancia. “Mi papá decía que la carne se compraba solo en Carulla. Para él no había otro lugar y así se mantiene”, recuerda. Esa tradición ha pasado de generación en generación, porque para muchos, Carulla no es solo un lugar para mercar, sino un símbolo de confianza y cercanía.

Además, la marca ha reafirmado su compromiso con el campo colombiano, apostando por compras locales, relaciones directas con los productores y una cadena de abastecimiento responsable que fortalece la economía del país. Cada tomate, cada arepa, cada chocolate en sus estantes representa una historia compartida entre campo y ciudad.

Con una inversión proyectada de US$100 millones por parte del Grupo Éxito y Carulla en 2025, el futuro es prometedor. La meta es que cada colombiano tenga acceso a un Carulla cercano, accesible y confiable, donde la frescura, la variedad, el servicio y el precio justo estén garantizados.

En un entorno competitivo, la promesa de Carulla sigue siendo la misma de hace 120 años: llevar lo mejor a los hogares colombianos. Todo ha cambiado, sí. Pero, al mismo tiempo, nada ha cambiado. La esencia sigue viva. Carulla sigue siendo ese vecino confiable, el de siempre, ahora más cerca que nunca.

Adiós inesperado: popular supermercado cierra todas sus tiendas en Colombia

Una cadena que quiso competir con D1, Ara y Oxxo cierra sus puertas en Colombia.



Adiós inesperado: popular supermercado cierra todas sus tiendas en Colombia



La intensa competencia en el sector de tiendas de conveniencia en Colombia se ha cobrado una nueva víctima. Esta vez se trata de Spid, el formato de supermercados de proximidad del grupo chileno Cencosud, que anunció oficialmente el cierre total de sus operaciones en el país, apenas cuatro años después de su llegada.


La decisión fue confirmada por la misma compañía, que indicó que el cierre de Spid responde a un proceso de consolidación de sus operaciones en Colombia, con el objetivo de concentrarse en sus marcas principales: Jumbo, Metro y Easy.

Un formato ambicioso que no logró consolidarse

Adiós inesperado: popular supermercado cierra todas sus tiendas en Colombia

Spid aterrizó en Colombia en 2021 como una apuesta moderna por parte de Cencosud para diversificar su portafolio y captar el mercado de conveniencia, en medio del auge de los modelos de descuento como D1 y Ara. En su momento, transformaron antiguos locales de Metro Express en pequeños espacios de entre 100 y 200 metros cuadrados, ubicados en zonas estratégicas de alto flujo peatonal.

La propuesta de valor de Spid se basaba en la rapidez, cercanía y eficiencia, ofreciendo domicilios en menos de 30 minutos y una experiencia de compra ágil. Sin embargo, el auge del modelo de bajo costo, impulsado con fuerza por D1 y Ara, terminó siendo una barrera difícil de superar.

“La fuerte competencia en el sector retail, liderada por formatos de descuento que han ganado terreno en Colombia, llevó a uno de los grandes supermercados en el país a cerrar las puertas de uno de sus negocios”, explicó Cencosud en su comunicado.


La estrategia de Cencosud: fortalecer lo que ya funciona



Adiós inesperado: popular supermercado cierra todas sus tiendas en Colombia

Lejos de considerarlo un retroceso, Cencosud enmarca la salida de Spid como parte de un plan estratégico para consolidar su operación en Colombia. “Como parte del proceso de fortalecimiento, hemos avanzado en la integración de nuestra operación alrededor de nuestras marcas estratégicas”, afirmó la empresa.

Esto implica una mayor inversión y enfoque en Jumbo (hipermercados), Easy (hogar y construcción) y Metro (supermercados), que han logrado mantener un desempeño más estable frente a los desafíos del mercado local.

En cuanto al personal que laboraba en las tiendas Spid, la empresa aseguró que más del 90 % fue reubicado en otras unidades de negocio del grupo, lo que representa un alivio para los trabajadores que podrían haber quedado en el limbo laboral.

Una salida que no sorprende del todo


Aunque la noticia tomó por sorpresa a muchos clientes que valoraban la rapidez de sus entregas y la experiencia de compra en Spid, lo cierto es que su cierre se suma a una lista creciente de marcas que no han logrado resistir la dinámica del mercado colombiano.

Entre las cadenas que han salido del país en los últimos años destacan Colsubsidio, Merqueo, almacenes TÍA, LEY, YEP y Justo & Bueno. Todas ellas han sido golpeadas por la transformación del consumo y la consolidación de los formatos de bajo precio.

El auge imparable de D1



El auge imparable de D1

Mientras tanto, el panorama para algunos competidores ha sido diametralmente opuesto. Tiendas D1, el líder del modelo de descuento en Colombia, rompió récords en 2024. Según el informe más reciente de la Superintendencia de Sociedades, D1 se ubicó en el segundo lugar del sector comercio por ingresos, solo superado por Terpel, y dejó atrás a gigantes como Éxito, Olímpica y Ara.

Con más de 2.500 puntos de venta en 31 departamentos, D1 registró ingresos operacionales por 19,4 billones de pesos en 2024, un salto significativo frente a los 1,4 billones de 2023, lo que evidencia la robustez de su modelo “hard discount”.

Además, la cadena obtuvo ganancias por 373,2 mil millones de pesos, consolidando su posición como una de las empresas más rentables del país.

¿Qué sigue para el retail colombiano?

La salida de Spid deja una reflexión sobre la evolución del comercio minorista en Colombia. Mientras el consumidor promedio continúa priorizando precio y cercanía, los grandes jugadores del sector deberán ajustar sus estrategias para mantenerse competitivos.

Por ahora, Cencosud apuesta por fortalecer sus marcas con más arraigo, mientras D1 sigue ampliando su dominio en el territorio nacional. En este nuevo escenario, solo las marcas que logren adaptarse a la velocidad del mercado y a las necesidades del consumidor colombiano lograrán sobrevivir.

Las vacaciones también enseñan: lo que los niños aprenden sin querer cuando no están en la escuela


Con la llegada de las vacaciones escolares, muchas familias y docentes se preguntan qué pasa con los aprendizajes cuando paran las clases. ¿Se pierde el tiempo? ¿Se estanca el desarrollo? ¿Conviene seguir con tareas o actividades académicas para “no perder el ritmo”?

Estas preguntas ignoran algo fundamental: el aprendizaje no se detiene cuando termina el año escolar. Simplemente, cambia.

Durante las vacaciones, lejos de las estructuras formales académicas, los niños y jóvenes siguen aprendiendo –y mucho–, aunque de manera más informal, espontánea y emocionalmente significativa. En lugar de contenidos curriculares, lo que se cultiva en estos períodos de “descanso” son competencias iguales de esenciales para la vida: habilidades sociales, autonomía, creatividad, gestión emocional, resolución de conflictos, conciencia del tiempo, sentir el aburrimiento…

Tiempo desestructurado y desarrollo cerebral

En nuestra sociedad, marcada por una obsesión con la productividad y el rendimiento, tendemos a ver el tiempo libre como un “vacío” que hay que llenar. Sin embargo, la neurociencia y la psicología del desarrollo llevan años demostrando que el descanso , el juego libre y la socialización entre iguales son fundamentales para el desarrollo cognitivo, social y emocional en la infancia y la adolescencia.


Las vacaciones permiten algo que difícilmente ocurre en la escuela: el tiempo desestructurado. Un espacio sin objetivos definidos, sin evaluación ni presión externa, donde los niños pueden explorar el mundo a su manera, seguir su curiosidad, aburrirse ( el aburrimiento también enseña ) y encontrar formas propias de resolver problemas cotidianos.


Lo que se aprende sin querer

A continuación, enumera algunas de las habilidades y aprendizajes que se desarrollan naturalmente durante las vacaciones y son esenciales para la vida:

  1. Negociar y convivir con los demás. Durante el año escolar, las interacciones suelen estar mediadas por normas y figuras adultas que regulan el comportamiento. En cambio, en vacaciones –especialmente cuando hay tiempo compartido con hermanos, primos, vecinos o amigos–, los niños descubren la necesidad de negociar, acordar reglas, ceder, resistir y colaborar. Aprenden a convivir entre iguales, a veces con conflictos, pero también con reconciliaciones.

  2. Organizar el tiempo. Sin horarios rígidos, muchos niños y jóvenes aprenden a administrar su propio tiempo: cuándo levantarse, dedicar cuánto al juego, al descanso, a ayudar en casa o simplemente a estar en su mundo. Esta flexibilidad es clave para desarrollar autonomía y planificación personal.

    También existe el riesgo de un uso excesivo de los dispositivos electrónicos , lo que puede provocar que los jóvenes pasen más tiempo del necesario frente a las pantallas, descuidando otras actividades importantes como el descanso, el ejercicio físico o la interacción social.

    Cuando el móvil se convierte en el centro de la vida cotidiana de un adolescente, es fundamental abrir espacios de diálogo y reflexión . Encontrar un equilibrio entre la autonomía y ciertos marcos de contención puede ayudar a desarrollar un uso más consciente y saludable de la tecnología.

  3. Explorar sus intereses. Las vacaciones son una oportunidad para que los niños se reconecten con lo que les gusta. Tal vez pasen la tarde dibujando sus personajes favoritos, haciendo legos, hojeando revistas o cómics, mirando hormigas en el patio, probando nuevos juegos con sus amigos o ayudando a preparar el desayuno con la abuela. Es un tiempo de exploración libre, sin solicitudes ni presiones externas. Aprenden por curiosidad, por gusto, y porque cada día pueden descubrir algo nuevo a su manera y ritmo.

  4. Desarrollar la creatividad. El tiempo libre favorece la creación de mundos imaginarios, historias inventadas, juegos espontáneos o manualidades improvisadas. Quién no recuerda su infancia, mirando las formas de las nubes e imaginando personajes, animales fantásticos o escenas que solo nosotros podíamos ver. Es en esos momentos aparentemente simples –dibujando, construyendo una cabaña o explicando historias– aparece la creatividad .

  5. Manejar el aburrimiento. En un primer momento, cuando se terminan las actividades organizadas, aparece el clásico “me aburro”. Para los adultos puede sonar como una queja o una señal de que algo falta, pero en realidad el aburrimiento es un motor . Enseñe a los niños a tolerar la ausencia de estímulos inmediatos, a quedarse un rato con ellos mismos y activar sus propios recursos internos. Al principio puede haber incomodidad, pero pronto aparece la chispa: un juego inventado, una historia… Muchos descubrimientos valiosos, ideas creativas y momentos de juego auténtico aparecen después del aburrimiento. Dar espacio a la pausa es dejar que surja la imaginación.

  6. Conectar con su mundo emocional. Los niños tienen más tiempo para sentir, pensar y hablar sobre lo que les pasa. El descanso físico y mental abre un espacio para las emociones que estaban contenidas o silenciadas. A veces basta una tarde tranquila, una conversación sin prisas o simplemente estar presente para que surjan preguntas, miedos, sueños o alegrías que durante el año quedaron en plano. Y quienes convivimos con ellos lo sabemos: en vacaciones, los hijos crecen más y consolidan conocimientos . Consolidan habilidades y competencias que estaban, pero todavía no se manifiestan.

  7. Vincularse con otros adultos y referentes. No todo pasa por la escuela o los padres. En vacaciones, los niños se relacionan con tíos, abuelos, vecinos, monitores o adultos en otros roles. Estos vínculos también enseñan: modelan formas de hablar, de actuar, de resolver problemas, y ofrecen una diversidad de perspectivas . Estos vínculos amplían su red de afectos y les dan un sentido de pertenencia más allá del núcleo familiar.

El valor del juego y la desestructura

El juego libre es una de las actividades más serias y formativas de la infancia y la juventud. No todo debe tener un propósito académico para ser valioso. Jugar es, en sí mismo, una forma profunda de aprendizaje. Es en el juego donde se experimentan roles, se ensayan normas, se gestiona la frustración y se valora la creatividad.

Además, el hecho de que muchas de estas experiencias ocurren fuera de estructuras rígidas no las hacen menos valiosas; Al contrario, son complementarias. De hecho, la desestructuración del tiempo hace que los aprendizajes sean más personalizados, más duraderos y conectados con la realidad emocional del niño .

¿Qué pueden hacer las familias?

No se trata de convertir las vacaciones en otra escuela paralela ni llenar la agenda con actividades formales. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre cierta estructura (rutinas básicas y límites claros) y cierta libertad.

Algunas ideas para acompañar a su hijo:

• Fomentar momentos de juego libre, incluso sin juguetes.

• Proponer tareas sencillas en casa que impliquen participación y responsabilidad.

• Conversar sobre lo que sienten, lo que les interesa, lo que sueñan.

• Dejar tiempo para el aburrimiento, sin llenarlo enseguida.


Aprender fuera del aula

Las vacaciones no son una pausa en el aprendizaje: son un escenario distinto, con otras reglas, donde aparecen nuevas formas de conocimiento fundamental para la vida. Reducirlas a un simple tiempo “improductivo” es no ver todo lo que está sucediendo en la mente y en el ámbito emocional de los niños y adolescentes.

Seguramente, la lección más importante sea que aprender no siempre requiere un aula en una escuela. A veces, basta con un grupo de amigos, un árbol para trepar, una conversación, una tarde sin nada que hacer… Porque, como decía el pedagogo Francesco Tonucci , “los niños no necesitan más deberes, necesitan más vacaciones, más tiempo libre, más juego y más calle”.



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Jaime Pérez Posada 

Asesoría , Formación y Consultoría en Mercadeo y temas afines. 

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